Las cifras de China siempre han sido escandalosamente altas, siempre creciendo cada año por encima del doble dígito (10%) y con cifras absolutas realmente mareantes. Pero parece que la tendencia se tuerce, y el IPC chino de enero sólo ha crecido un pobre 1%. Se trata de la novena caída consecutiva del índice en nueve meses y del nivel más bajo en 30 meses. Y precipitará, previsiblemente, un nuevo recorte de los tipos de interés por parte del banco central, que ya ha revisado a la baja los tipos cinco veces desde septiembre. Son malos tiempos para China, que sufre la crisis igual que el resto de países, aunque con menores problemas.